Como si de una estrella mundial se tratase, anunció Antoine
Griezmann su continuidad en el Atlético de Madrid. ¿O debería quitar el “como”?
Rompiendo con los esquemas de clubes, aficionados al fútbol, jugadores, incluso
medios de comunicación, y a través de un documental de cómo fueron sus dos
meses previos al mundial de Rusia, el francés pronunció las palabras que los
atléticos estaban esperando: “me quedo”.
Qué frase tan simple y a la vez importante. No solo por el
hecho de quedarse en el club rojiblanco, sino por lo que eso significa. La
evolución que ha tomado el equipo dirigido por Diego Pablo Simeone en los
últimos años es digna de mención. Era impensable hace un tiempo, fichar a
jugadores por 60 millones de euros, pero mucho más hacer ofertas a los
jugadores que están superando los 10. Antoine se queda por 23 millones netos.
Por 23, y por su ansiedad de pasar a la historia en el Atlético de Madrid
ganando algo más que una Europa League.
Tras idas y venidas, muchas conversaciones con gente de su
alrededor, y alguna que otra tanto con Valverde como Simeone, Griezmann ha
tomado la decisión que él ha querido tomar. Y la realidad es que aquí salen
ganando todos: el Atlético de Madrid retiene a uno de sus jugadores
fundamentales junto a Oblak; la afición ve crecer un proyecto más que
ilusionante de cara a la temporada 2018/2019; y el ‘7’ es el jugador mejor
pagado del club rojiblanco, y lo más importante deportivamente: está motivado.
Seguramente Valverde cuando cogió el teléfono para hablar
con Antoine tenía alguna esperanza de convencerle para fichar por el Barcelona.
Sin saber -o sí-, que la relación entre el delantero y Simeone va más allá de
lo profesional. Es innegable el vínculo especial que se ha creado entre ambos.
El argentino deja ver que es una persona pasional y entregada; tanto dentro
como fuera del campo. Lo demuestra con gestos como acercarse hasta la casa de
Griezmann para interesarse por cómo estaba tras jugarse el último partido en el
Metropolitano, donde algunos aficionados pitaron al francés. Perdónenme, pero
no todos los entrenadores hacen eso.
Llegados a este punto, solo me queda decir que el francés
tuvo, durante la temporada 2017-2018, una temporada de altibajos tanto
deportivos como emocionales de cara a la afición. No se me ocurre mejor refrán
para resumir la relación Griezmann- Atleti que “amores reñidos son los más
queridos”. Y así creo que hay que mirarlo. Hoy en día, con un mercado de
fichajes inflado, precios y fichas desorbitadas, y jugadores que juegan donde
quieren jugar, hay que quedarse con que Antoine quiere jugar en el Atlético de
Madrid y hacer historia. Eso hoy; mañana ya veremos.
Por cierto, Antoine, tú ya brillas en el campo, que es donde tienes que hacerlo; fuera no te hace falta.