domingo, 21 de septiembre de 2014

J4: Atlético de Madrid 2-2 Celta de Vigo


EL ATLETI PAGA SUS ERRORES




Con el mal sabor de boca que dejó la primera jornada de Champions a los de Simeone, volvía la Liga al Vicente Calderón para dejar un sabor no mucho mejor. Y es que cuando insistes una y otra vez y no te dejan la desesperación se apodera de todos los presentes. Eso fue lo que ocurrió ante el Celta. Un punto fue todo lo que se pudo sacar.


Si la afición no se creía lo que estaba pasando en el terreno de juego, no me quiero ni imaginar lo que pasó por la cabeza de los jugadores viendo cómo una y otra vez se topaban con Sergio Álvarez. Y es que el portero tuvo su noche, su gran noche. De ello comenzó siendo testigo Ansaldi, que tras un gran pase de Griezmann se topó con el arquero en el mano a mano. Antes, Tiago vio cómo un balón que remataba él incorporándose en segunda línea se perdía por la línea de fondo tras una buena jugada de Juanfran. Los de Berizzo no se lo iban a poner fácil a los rojiblancos. Comenzaron a tocar en el medio, y un pase lejano al centro del área de Planas que de primeras parecía imposible de rematar sería el gol de la jornada. Y es que Pablo Hernández dejó a Godín y Moyá con la boca abierta anotando un gol de espuela dentro del área poniendo por delante a su equipo en el marcador.

Con Miranda y Godín en defensa un año más la gente está tranquila. Sin embargo, lo cierto es que este renovado Atleti, paradójicamente, está teniendo más errores defensivos que ofensivos, sobre todo en los dos últimos encuentros. Es decir, ninguno de los centrales se debería relajar. El uruguayo Giménez podría hacer ver las orejas al lobo en cualquier momento, sin duda. Volviendo a la parcela atacante, Griezmann, que tuvo su mejor partido, provocó dos ocasiones claras: un gran remate de cabeza en el primer palo que paró el guardameta celeste y un zurdazo que se perdió por el lateral de la red. El gol se acercaba y llegó, cómo no, a balón parado: una falta lateral botada por Koke que Miranda tocó con el pie para mandar el balón al fondo de la portería. Poco después del empate, de nuevo por arriba y a través de la estrategia de nuevo, llegaría el segundo tanto atlético. Esta vez fue un córner que Godín, como viene siendo costumbre, remató con un gran cabezazo dando la vuelta al marcador y poniendo el fin a la primera parte.

Curioso es lo que vino en los segundos 45 minutos. El autor del primer gol del Atleti, Miranda, iba a cometer un error inocente. Tras un gran control y quiebro de Planas en una internada en el área por banda izquierda, el brasileño anduvo lento en el cruce y provocó un tropiezo de principiante muy evitable. Este error se tradujo en un penalti que Nolito iba a transformar dejando el marcador en empate a dos. Antes de ello, Hugo Mallo pudo anotar con una gran ocasión que paró Moyá.

El partido estaba igualado de nuevo, el Atleti buscaba el gol. Y es ahí cuando vino el inexplicable cambio del que estaba siendo el mejor del partido de largo, Griezmann. No se sabe por qué pero el francés fue sustituido y la afición respondió con pitos esta acción. Y es que otra cosa no, pero el Calderón reconoce lo bueno y lo malo. Ya hacia el final, el árbitro anuló dos goles al vigente campeón por fuera de juego. Uno al mejicano Raúl Jiménez y otro a su tocayo Raúl García. Aunque Koke lo intentó también desde fuera del área con un gran disparo desde una posición de centro, el marcador no se iba a mover ya. Cerci, que tuvo demasiados pocos minutos al final del encuentro, iba a reclamar un penalti que el colegiado no señaló. Con el pitido del árbitro y unos cuantos desde las gradas se finalizó un partido en el que el portero visitante ganó un punto meritorio para los suyos.